El arte de la paz en tiempos de guerra
1. Quedarse en la habitación para resolver las cosas: Esto no siempre es fácil, especialmente si no estamos de acuerdo moral, espiritual, política o religiosamente con alguien. Además, es posible que nos vayamos emocionalmente, incluso si todavía estamos físicamente en la habitación. Entonces, el verdadero compromiso aquí es nuestra voluntad de permanecer emocional y físicamente presentes y abiertos a resolver las cosas.
2. Mantener la curiosidad: Muchas veces es conveniente dejar de escuchar cuando nuestra verdad está en competencia con la verdad de otra persona. La parte difícil es tener curiosidad sobre lo que significan y cómo sus experiencias impactaron en quiénes se convirtieron y en quiénes son hoy. Esto requiere ser sinceramente curioso sobre los contextos sociales y personales del viaje de la vida de alguien y cómo esas experiencias dieron forma a sus elecciones y percepciones de vida futuras.
3. No tomar prisioneros: Hay un dicho budista: “No tener enemigos, es no tomar prisioneros”. Creo que lo que se implica aquí es notar cómo ocultar una parte de la verdad retendrá a otra como rehén. Por lo tanto, creando resentimiento, amargura y desconfianza. No es fácil. Como alguien dijo una vez: “La verdad siempre está ahí. Decirlo en voz alta, ahora, esa es la parte difícil”.
4. Autorreflexión: Estar en una relación te brinda la oportunidad (si estás dispuesto a aprovecharla) de ver quiénes somos a los ojos de otro. Rara vez escuchamos, y mucho menos vemos realmente cómo nos vemos a los demás cuando estamos enojados, frustrados, irritados, enamorados, desesperados, sin esperanza o perdidos. Es por eso que reflexionar sobre nuestras acciones/omisiones y estar abierto a escuchar cómo nos perciben los demás es tan fundamental para nuestro crecimiento y comprensión de nosotros mismos y nuestro impacto en los demás. Como escribió una vez Anais Nin: “No vemos el mundo tal como es, sino quiénes somos”.
5. Ser dueño de nuestra parte: Hay un dicho indio americano: “Hoy, es un buen día para morir”. Una de las implicaciones aquí es que necesitamos examinar si vamos o no en la dirección correcta y si estamos dañando a otros con nuestras acciones o inacciones. Quizás, una de las razones por las que nos cuesta tanto disculparnos y asumir la responsabilidad es que rara vez somos testigos de esa cualidad en nuestros líderes y en nuestras instituciones. Maya Angelou escribió una vez: “Puede que no recuerde lo que dijiste o lo que hiciste, pero siempre recordaré cómo me hiciste sentir”.
6. Voluntad de transformar y cambiar: Muy a menudo, el cambio se ve como tener que perder algo, en lugar de como una oportunidad para mejorar y enriquecer nuestras vidas. La transformación se define como un cambio en la naturaleza, forma o carácter. Para crear confianza y comunidad, debemos estar dispuestos a transformar nuestras metas, nosotros mismos, nuestras comunidades y nuestras instituciones cuando surja la necesidad. El cambio es una parte saludable y necesaria de la naturaleza y la ciencia y en todos relaciones. Como compartió una vez Amelia Earhart: “La decisión más difícil es simplemente actuar. El resto es solo tenacidad”.
Fuente: StirFrySeminars.com
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