Confiar en los profesionales del desarrollo infantil
Como padres, buscamos lo mejor para nuestros hijos. Lo que a veces puede ser un desafío es reconocer que lo mejor para nuestros hijos es dejarlos navegar por su propio camino y, a veces, dejar que fracasen.
Las mejores lecciones de la vida no siempre se aprenden saliendo con la suya o creando situaciones en las que sus hijos se salgan con la suya. Por ejemplo, cuando los padres confrontan a los entrenadores sobre el tiempo de juego (o los árbitros sobre las malas decisiones percibidas... o los directores de campamento sobre las experiencias relacionadas con el campamento) para sus hijos, envían mensajes negativos que se baten en duelo: que el niño merece el tiempo (o la decisión) y que el el niño no puede comunicarse con el entrenador (o árbitro o director del campamento) por sí mismo.
Lo que puede ser difícil para algunos padres (incluyéndome a mí) es dejar que su hijo pase por la adversidad y experimente el fracaso. A pesar de que ese tipo de experiencias a menudo ofrecen las mejores lecciones, a menudo evitamos que los niños aprendan esas lecciones al intervenir en su nombre.
En cambio, debemos reconocer cuán inteligentes y resistentes son nuestros hijos. En lugar de "rescatarlos" innecesariamente, debemos alentarlos y apoyarlos mientras resuelven las cosas por sí mismos. Tal vez sea fácil de decir (o escribir), pero definitivamente conduce a lecciones de vida más fuertes y duraderas.
Probemos palabras como estas la próxima vez que tengamos la tentación de intervenir con un entrenador o un profesional del desarrollo infantil: “Eres el entrenador (o director del campamento) de mi hijo. Confío en ti.'"