¿Deberíamos centrarnos en el logro o en el cuidado?
En nuestro campamento de verano multicultural, tratamos de ser intencionales para fomentar un ambiente que aliente a los niños a ser lo mejor de sí mismos entre sí. Uno pensaría que la mayoría de los padres compartirían ese objetivo, ¿verdad? Desafortunadamente, un estudio reciente muestra lo contrario: los niños creen que sus padres están más preocupados por el rendimiento de los niños que por si se preocupan por los demás.
Richard Weissbourd, un psicólogo de Harvard con su escuela de posgrado en educación, y sus colegas tienen algunas buenas recomendaciones sobre cómo criar a los niños para que se conviertan en adultos cariñosos, respetuosos y responsables. Es algo en lo que los padres intencionales saben que deben concentrarse; como señalan los investigadores: “Los niños no nacen simplemente buenos o malos y nunca debemos renunciar a ellos. Necesitan adultos que los ayuden a ser cariñosos, respetuosos y responsables de sus comunidades en cada etapa de su infancia”.
Aquí hay cinco estrategias que pueden ayudarlo en su esfuerzo por criar niños morales y afectuosos, de acuerdo con Hacer común el cuidado.
1. Haga del cuidado de los demás una prioridad
Los niños necesitan aprender a equilibrar sus necesidades con las necesidades de los demás, ya sea pasando la pelota a un compañero de equipo o defendiendo a un amigo que está siendo intimidado. Los niños necesitan escuchar de los padres que cuidar a los demás es una prioridad. Un componente importante es hacer que los niños tengan altas expectativas éticas, como cumplir con sus compromisos, incluso si eso los hace infelices.
Como padre, usted debe:
En lugar de decirle a los niños: "Lo más importante es que seas feliz", di "Lo más importante es que seas amable".
Asegúrese de que sus hijos se dirijan a los demás con respeto, incluso cuando estén cansados, distraídos o enojados.
Enfatice el cariño cuando interactúe con otros adultos clave en la vida de sus hijos. Por ejemplo, pregunte a los maestros si sus hijos son buenos miembros de la comunidad en la escuela.
2. Proporcione oportunidades para que los niños practiquen el cariño y la gratitud.
Los niños necesitan practicar el cuidado de los demás y expresar gratitud por quienes los cuidan y contribuyen a la vida de los demás. Los estudios muestran que las personas que habitualmente expresan gratitud tienen más probabilidades de ser útiles, generosas, compasivas y perdonadoras, y también más probabilidades de ser felices y saludables.
Como padre, usted debe:
Evite premiar a los niños (en general, de acuerdo con el mantra de no Castigar con Recompensas... pero también específicamente...) por cada acto de ayuda. Debemos esperar que nuestros hijos ayuden en la casa, con los hermanos y con los vecinos.
Hable con su hijo sobre los actos cariñosos y despreocupados o justos o injustos que podrían presenciar, ver en la televisión o escuchar en las noticias.
Ritualiza la gratitud a la hora de cenar, a la hora de acostarte o en el coche; agradezca a aquellos que contribuyen con nosotros y con otros en formas grandes y pequeñas.
3. Amplíe el círculo de preocupaciones de su hijo.
Los niños necesitan aprender a "acercarse", escuchando atentamente y prestando atención a los de su círculo inmediato, y a "alejarse", observando el panorama general y considerando las diversas perspectivas de las personas con las que interactúan a diario, especialmente aquellos que son vulnerables. También deben considerar cómo sus elecciones pueden afectar y dañar a varios miembros de sus comunidades.
Como padre, usted debe:
Asegúrese de que sus hijos sean amigables y agradecidos con todas las personas en su vida diaria, como los conductores de autobuses o los meseros.
Anime a los niños a cuidar a aquellos que son vulnerables, como consolar a un compañero de clase que fue objeto de burlas.
Use un periódico o una historia de televisión para animar a su hijo a pensar en las dificultades que enfrentan los niños en otros lugares.
4. Sea un modelo y mentor moral fuerte.
Los niños aprenden valores éticos observando las acciones de los adultos a quienes respetan.
Como padre, usted debe:
Practique la honestidad, la justicia y el cuidado de nosotros mismos (lo que no significa tener que ser perfecto... ¡solo inténtelo!)
Reconocer nuestros errores y defectos.
Respete el pensamiento de los niños y escuche sus perspectivas, demostrando cómo queremos que se involucren con los demás.
Modele el cuidado de los demás haciendo servicio comunitario (con su hijo) al menos una vez al mes.
Presente a su hijo un dilema ético en la cena o pregúntele sobre los dilemas que ha enfrentado.
5. Guiar a los niños en el manejo de sentimientos destructivos
A menudo, la capacidad de cuidar a los demás se ve superada por la ira, la vergüenza, la envidia u otros sentimientos negativos. Necesitamos enseñar a los niños que todos los sentimientos están bien, pero debido a que algunas formas de lidiar con ellos no son útiles, los niños necesitan orientación para lidiar con estos sentimientos de manera productiva.
Como padre, usted debe:
Para enseñar a sus hijos a calmarse: practique cuando su hijo esté tranquilo: pídales que se detengan, respiren profundamente por la nariz y exhalen por la boca, y cuenten hasta cinco.
Cuando su hijo se enoje, recuérdele los pasos y hágalos juntos. Después de un tiempo, su hijo comenzará a hacerlo por su cuenta para expresar sus sentimientos de una manera productiva y adecuada.