9 maneras de evitar que su hijo se convierta en un acosador
A medida que continuamos con nuestro tema de abordar el acoso durante el Mes Nacional de Prevención del Acoso, aquí hay nueve buenos consejos sobre cómo criar niños que no acosen a otros. Tal como lo hacemos en nuestro empoderamiento intencional campamento de verano para chicas y campamento de verano para chicos, como padres o adultos que trabajan con niños, podemos centrarnos en estrategias concretas para ayudarlos a convertirse en seres conscientes y compasivos que pueden resistir la tentación potencial de ser un acosador.
La socióloga y entrenadora de desarrollo infantil Christine Carter comparte algunos de estos durante este podcast de 12 minutos en este enlace. Para aquellos de nosotros que somos más aprendices visuales, las conclusiones principales son las siguientes:
- Enseñe a sus hijos la empatía, es decir, cómo sus acciones afectan a los demás. Ayúdelos a reconocer cómo ser el destinatario de la mezquindad puede lastimar a alguien para toda la vida.
- Ayude a los niños a comprender sus propias emociones y sentimientos para desarrollar su inteligencia emocional. Cuanta más alfabetización básica tengan sobre las emociones en general y sus propias emociones, más en contacto estarán con la comprensión de cómo sus acciones afectan a los demás.
- Conozca a los amigos de sus hijos y preste atención a los valores de esos niños. Escuche el lenguaje que usan esos amigos y cómo hablan de otros niños.
- Ayude a sus hijos a aprender cómo expresar sus sentimientos negativos, especialmente la ira o la impotencia, sin lastimar a otras personas. Ayúdelos a aprender la diferencia entre sentirse mal y actuar mal mostrándoles eso.
- Ayude a sus hijos a reconocer las cosas que pueden hacer para calmarse. ¿Cómo pueden sus hijos calmarse a sí mismos?
- Reconozca positivamente a sus hijos cuando estén lidiando adecuadamente con sentimientos negativos.
- No ponga excusas por el mal comportamiento de su hijo. (Es decir, "ella está muy cansada" o "él simplemente está de mal humor". Aceptemos darnos cuenta de que nuestros hijos no son perfectos, pero no disculpemos el mal comportamiento.
- Asegúrese de que estamos enseñando formas concretas para que los niños se sientan poderosos en sus relaciones sin ser malos. Podemos facilitar eso ayudándolos a estar en situaciones en las que sientan que están contribuyendo a algo más grande que ellos mismos y ayudando a las personas que los rodean.
- Preste atención para asegurarse de que no estemos acosando a los niños, es decir, llamándolos apodos, usando la vergüenza o la humillación, o mintiéndoles o manipulándolos para obtener lo que queremos como adultos.